Ashlyn Jennings es una estudiante modelo. Adora leer, especialmente las tragedias de Shakespeare, en las que busca respuestas a las dudas que la vida le plantea. Ahora, después de haber perdido a su hermana gemela y con su madre sumida en una depresión, se ve obligada a trasladarse e irse a vivir con su padre y su nueva familia a Wisconsin. Allí conoce por casualidad a Daniel Daniels, un hombre roto. Él ha sufrido dos grandes pérdidas en su vida y está tratando de superar el golpe, pero cuando conoce a Ashlyn hay algo que va más allá de las leyes de la química. Ambos quieren olvidar el dolor de sus vidas, hasta que un día se encuentran en la escuela, él como profesor y ella como alumna.
► De nuevo otra recomendación de esta autora. Me gustó mucho su primer libro como habréis visto hace unos días en la reseña de "El aire que respira". El caso es que no seguí su pista, no me informé de cuándo sacaría nuevo libro... Y un día me llevé la sorpresa, las compañeras del CdL lo propusieron como una de las opciones para votar y me alegré un montón de tener un nuevo libro de ella. Confieso que no lo voté porque no me veía capaz de esperarme. (Como voy con retraso colgando las reseñas quizás no os cuadren las fechas pero este lo he terminado antes de empezar la lectura conjunta de Noviembre).
Vayamos a lo importante que es hablar del libro en cuestión... Es una novela que me ha encantando de principio a fin, creo que esta entrada se va a escribir prácticamente sola porque me ha dejado en una nube y me van saliendo solas las palabras.
El comienzo consta con la "presentación" de ambos personajes en un momento desgarrador de sus vidas. Así que con apenas 10-20 páginas la escritora ya consiguió que se tuviese un nudo en la garganta y me escapase alguna lágrima. Eso ya me lo tomé como un aviso de lo buena que iba a ser la novela.
Como podéis leer en la sinopsis, la vida se ha cebado con ambos pero aun les depara algún sufrimiento más. Los personajes principales, Daniel y Ashlyn, son dos personajes muy similares en cuanto a gustos y forma de ser. Son dos jóvenes de 22 y 19 años que se cruzan un día de casualidad y conectan de una forma muy intensa.
"[...]Tenía el corazón en un puño porque sabía que tendría que volver a pasar junto al señor Ojos Bonitos. Mantuve la mirada baja hasta que llegué a mi asiento. Dejé escapar un suspiro, y entonces mi cabeza se giró involuntariamente hacia él. ¡¿Qué?! Malditos sean mis ojos por querer mirarlo otra vez. Me sonrió de nuevo e hizo un gesto con la cabeza. Yo no le devolví la sonrisa porque estaba demasiado nerviosa. Esos ojos azules tan extraños me ponían de los nervios[...]"
Me gusta como ha evolucionado la trama y como han ido evolucionando Daniel y Ashlyn. La química de la que presumen qué los atrae como imanes creo que traspasa las hojas y eso es mérito de Brittainy que tiene una sensibilidad para escribir impresionante.
Esa química dejará paso a una relación preciosa que deben mantener oculta ya que descubrirán que son profesor-alumna.
Esa química dejará paso a una relación preciosa que deben mantener oculta ya que descubrirán que son profesor-alumna.
La trama esconde una sorpresa que no me hubiese imaginado jamás (le gusta mucho el drama a esta autora). Pero en todo momento me parece una historia coherente.
Me chirría un poco la edad de Daniel, para cómo actúa, cómo piensa y cómo habla le hubiese puesto unos años más. Pero no deja de ser una opinión personal y que me suele pasar con muchos libros de new adult.
Como aspectos negativos de la novela, bueno más que negativos diría raros porque no tienen nada de malo, simplemente me han parecido extraños algunos comportamientos de ciertos personajes secundarios. No he sabido entender que quería transmitir la autora en ciertos momentos con ciertas actuaciones suyas. No son momentos muy relevantes así que no le quitan valor a la novela.
Esta historia esconde momentos y detalles preciosos así que os animo a leerla si es que aun no habéis descubierto a esta escritora.
¡Feliz lectura!
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